Por: Sofía Velarde Morelia, Michoacán, a 10 de julio 2024.- Durante el siglo XIX diversos artistas plásticos construyeron las efigies de varios de los más importantes héroes de la insurgencia mexicana a partir de los testimonios orales referidos o bien de las cualidades que debían transmitirse de los mismos, como lo es el caso de Miguel Hidalgo y Costilla. A diferencia de lo anterior, es posible conocer los rostros de varios de los personajes representativos en la historia de México gracias a que fueron inmortalizados por diversos autores a través de distintos medios o técnicas artísticas. Es este el caso de don Melchor Ocampo, de quien conocemos sus rasgos fidedignos debido a la existencia de algunos daguerrotipos que inmortalizaron su rostro y los que a su vez sirvieron como modelo para que algunos artistas plásticos reprodujeran su efigie. Debido a ello podemos encontrar en el gran corpus de imágenes que representan al ideólogo reformista una constante similitud en su representación, portando por lo regular el traje de levita que fue común entre los liberales. Ataviado con éstas características, podemos visualizar una fotografía de Melchor Ocampo que se encuentra en el Colegio de San Nicolás y que de acuerdo con los testimonios perteneció a don Benito Juárez y que fue entregada al emblemático colegio junto con otras “reliquias” de Ocampo en el año de 1887. Es también con éstos rasgos que diversos artistas plásticos le han representado a través del tiempo mediante diversas técnicas, conformando un rico patrimonio artístico del que es participe la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, debido a la importante participación de Ocampo no sólo en la historia de México, sino también por su importante participación en diversos momentos históricos del Colegio Nicolaita. Sin lugar a dudas dos de los retratos más significativos de don Melchor Ocampo que se encuentran en el Colegio de San Nicolás son los realizados en el siglo XIX, uno de la autoría del afamado pintor michoacano Manuel Ocaranza y un óleo de autor anónimo que presumiblemente podemos situar en las últimas décadas del siglo XIX. Manuel Ocaranza representó a Melchor Ocampo como diputado del Congreso Constituyente de 1856. El legislador, en un primer plano, se encuentra de pie en la tribuna ataviado con un elegante frac de color negro que contrasta con la camisa blanca; con su mano izquierda sujeta un puñado de notas y su mirada se dirige al espectador. En un segundo plano apenas esbozados se advierten las figuras del resto de los diputados que escuchan con atención la disertación de Ocampo. Un retrato más que muestra la efigie de don Melchor Ocampo lo es un óleo que puede también admirarse en el histórico Colegio de San Nicolás de Hidalgo y cuya factura es anónima. En él el legislador elegantemente ataviado, se encuentra sentado en una disposición de tres cuartos de perfil; apoya uno de sus brazos sobre una pequeña mesa sosteniendo con la otra mano un libro entreabierto. Su mirada frunce el ceño y mira al espectador. En un segundo plano se esboza un sencillo paisaje que nos hace pensar que el ideólogo de la Reforma se encuentra sentado en el estudio de su hacienda. Las obras aludidas pueden contemplarse en la Sala Melchor Ocampo que se ubica en la segunda planta del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo, la cual está dedicada al mismo y en la que se encuentra también resguardado el corazón del trascendental personaje. Te invitamos a que visites este singular espacio –cuya entrada es libre- en dónde podrás apreciar diversos y singulares objetos relacionados con don Melchor Ocampo. Para mayor información véase: Sofía Irene Velarde Cruz, “Retratos del pasado. Memoria del presente”, en: Colección Centenario de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Un siglo de arte y cultura Vol.II, Jaime Hernández Díaz, Héctor Pérez Pintor (coordinadores), México, UMSNH/MAPORRUA, 2017.