Al Gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla Al Secretario de Seguridad Pública, General José Alfredo Ortega Reyes A la Secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres, Tamara Sosa Alanís Al Presidente Municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar Al Fiscal General del Estado de Michoacán, Adrián López Solís A las mujeres michoacanas y a la sociedad en general El fenómeno de la violencia homicida y feminicida que sufrimos las mujeres en Michoacán ha dejado un saldo de 108 mujeres asesinadas hasta el día de hoy 25 de abril del año que corre y de éstas sólo 8 se han catalogado como feminicidio, a pesar de que incluso las mismas autoridades reconocen que el 58% de los homicidios dolosos de las mujeres son por agresiones de sus parejas o familiares, lo que automáticamente los convierte en feminicidios. En días pasados el país entero se cimbró por el asesinato de Debhani Escobar, joven de 18 años que fue fríamente asesinada en nuevo León y de quien su nombre vivirá por siempre con nosotras, sin embargo, ella no es la única víctima de la violencia feminicida que azota al país. Cada día nos son arrebatadas 10 mujeres y la tendencia desde hace años sigue al alza. A nivel nacional las estadísticas nos muestran que de 2015 a la fecha los feminicidios se han duplicado: En 2018 hubo 13 feminicidios; en 2019 se reportaron 20; en 2020 sumaron 25; en 2021 fueron ocho, y este año van 21, todos estos sin contar aquellos crímenes donde por incompetencia y apatía las muertes quedaron catalogadas como homicidios dolosos pese a cumplir con las características de los feminicidios. Un fenómeno estrechamente ligado al feminicidio son las desapariciones, pues muchas de las mujeres no localizadas terminan siendo un caso de feminicidio. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) refirió que, de acuerdo con información de las fiscalías de 19 entidades, “de enero a diciembre de 2021 desaparecieron 10 mil 32 mujeres, niñas y adolescentes, de ellas 2 mil 281 continúan desaparecidas, y la mayoría son menores de edad”. Las mujeres michoacanas exigimos espacios donde no seamos vulneradas desde las aulas, nuestros hogares, la calle, y cualquier lugar donde nos desarrollemos. Merecemos sentirnos seguras y vivir con libertad y autonomía sobre nosotras mismas. Pero sobre todo exigimos que el estado y las autoridades respondan a sus obligaciones, que no simulen que nos protegen y escuchan solo con un fin político. Nuestros cuerpos son mercantilizados, sexualizados, cosificados, torturados y asesinados y el Estado sigue permitiendo que esta violencia se extienda en todos los espacios en donde estamos al mantener personas incapaces e indolentes en los puestos donde se debe estudiar, prevenir y actuar para erradicar la violencia contra las mujeres. En los pocos meses que lleva el gobierno actual la lucha de las mujeres por nuestros derechos se ha visto estigmatizada, minimizada e ignorada, muestra de ello fueron las acciones que desde el gobierno del estado y el gobierno municipal tuvieron lugar el 8 de marzo en el marco de las manifestaciones por el día internacional de la mujer, donde no sólo la colectiva feminista incendiarias fue catalogada como violenta, si no donde las más de 17 mil mujeres que marchábamos por nuestros derechos fuimos violentadas por el estado y el municipio, sufriendo detenciones arbitrarias y con usos excesivo de la fuerza, así como bañadas con gases lacrimógenos y la protesta disuadida con balas de goma, pintura, canicas y balines. CONDENAMOS PROFUNDAMENTE LA ESTIGMATIZACIÓN DE LA LUCHA DE LAS MUJERES Y SU SEÑALAMIENTO COMO VIOLENTA, en especial viniendo de un estado que ha dejado 108 mujeres asesinadas en lo que va del 2022 y en un país clasificado como el más peligroso para ejercer el derecho a defender derechos humanos. Alfredo Ramírez Bedolla: en lugar de señalar y evidenciar a las mujeres que luchamos, atienda los casos de feminicidio, genere políticas públicas adecuadas y urgentes para atender la violencia contra las mujeres, resuelva medidas que garanticen nuestro bienestar en todo Michoacán, ocúpese de diseñar y ejecutar estrategias de prevención, garantice el acceso a todos nuestros derechos, siempre. Tiene usted demasiado trabajo como para dedicarse a polarizar aún más esta sociedad herida. Dijo que ya nos tiene ubicadas, lo que no merece ningún mérito pues nosotras siempre hemos dado la cara, pero estamos esperando el momento en que realmente tenga ubicados a quienes sí debe ubicar: a todos los responsables de feminicidio y de desapariciones de mujeres; a los responsables de la muerte de Marijo Medina; a José Ventura, responsable de la desaparición de Patty Paniagua; a los responsables de la masacre de Tarecuato; a los homicidas de los 6 jóvenes acribillados frente a Cantina 25; a los responsables de la tragedia de San José de Gracia; a Medardo Villicaña, posible responsable del secuestro de Maritza; a Diego Urik responsable del feminicidio de Jessica y a los agresores en el poder que bajo su cobijo se mantienen en funciones. Ustedes autoridades no le tienen miedo a que rayemos edificios, no le temen a un bloque negro: le tiene miedo a lo organizadas que estamos, pues incluso su propia secretaria de estado, Tamara Sosa Alanís, ha recibido casos de familias que son víctimas de violencia feminicida que nosotras hemos llevado y acompañado. Nosotras, las feministas, somos su verdadera oposición, pues este gobierno, su gobierno, se ha caracterizado por abrazar a quienes nos han traicionado. Hacemos una demanda social para exigir darle institucionalidad a las demandas que los movimientos feministas hemos puesto en la agenda para construir políticas públicas que contemplen la erradicación de la violencia en contra de las mujeres. Exigimos personal capacitado para las áreas de atención a la violencia. Exigimos el cese de la estigmatización de la lucha feminista y condenamos su apatía ante la creciente ola de violencia machista y feminicida. Gritaremos y lucharemos hasta que nuestras voces sean escuchadas. Porque ninguna es libre hasta que todas lo seamos. Por aquellas que fueron borradas de la historia. Por las que crearon, aunque no creyeran en ellas. Por las que decidieron ser artistas y no las musas. Por las que no les importó arriesgarlo todo. Por las que nos faltan, por las que estamos y por las que vendrán. ¡Ni una menos, vivas nos queremos! Morelia, Michoacán, a 25 de abril de 2022